top of page
Photoroom_20250209_223831.JPG

Algunos detalles sobre mí

Un libro: Cualquiera de Dolores Redondo. Me ayuda a canalizar a mi ‘Dexter’ interior y bajar un poco a tierra. 

Una canción: All night long, de Lionel Richie (pero a todo trapo, que si no, no es lo mismo) o cualquiera de Bryan Adams. Mi espinita ha sido siempre no conocerle en persona. 

Una película: El Gran Showman.

Un ídolo: Mi madre. Honestidad en estado puro. 

Mantra: Todo está bien. El universo funciona a mi favor.

Una pasión: Jugar con mis perrijos, Jagger y Pistacho. 

Un plan: Con mis amigas, especialmente si hay comida involucrada. 

Un momento: Cualquier ataque de risa con mi mujer.

Una sonrisa: La de Pistachete. ¡Me derrito cuando me la dedica! 

Una cita: Lo que busco me persigue (Alejandro Jodorowsky).

Mi historia

Cuando cumplí 25 años me diagnosticaron una enfermedad que, como me dijo la doctora que llevaba mi caso, lo más probable es que me dejara en silla de ruedas al llegar a los 40, con una fibrosis pulmonar, sino peor.

 

La pregunta es, ¿en qué momento llega un total desconocido a tu vida y te diagnostica sin saber nada sobre ti?

 

Te lo cuento para poder explicarte, que durante una gran parte de mi vida, yo me creí ese destino y no quería estar aquí, en este planeta tan complicado y lleno de contrastes. Sufrí de estrés, ansiedad, miedo, tuve pensamientos destructivos… Todas esas cosas que todos sentimos en algún momento de nuestra vida y que por desgracia, mantenemos en silencio. Y menos mal que mi interior se negó a aceptarlo y a rendirse: en esa época probé psicólogos, chamanes, curanderos… Todo me sirvió, pero nada parecía concretar una mejoría directa y exponencial. 

 

Un día, un psicólogo maravilloso (gracias, JC), me enseñó el poder de la visualización creativa. Me llevó durante un proceso de relajación profunda donde pude “viajar” con mi imaginación a una playa maravillosa y, durante unos minutos, poder sentir paz. Ni enfermedad, ni ansiedad. Solo paz.

 

En este punto me hice coach para formarme en esta maravillosa técnica de visualización desde un punto de vista práctico para poder ayudar a los demás. Me encantó el proceso, pero me faltaba algo. Y como siempre ocurre, mi respuesta a esa “falta” apareció. Conocí a un maestro de Tailandia que me ofreció viajar con él y aprender todo lo que él sabía sobre energía y meditación. Por supuesto, aproveché la oportunidad y me fui con él.

 

El resto ya es cortito. Me curé de absolutamente todo gracias a conectar con mi energía y aprender a aceptar que yo no era la enferma que me habían augurado que sería. Que había una parte importante de la que debía responsabilizarme (toda enfermedad tiene algún beneficio) y por consiguiente, que mi curación dependía de mí. 

 

En el proceso de curarme, escribí tres libros y cambié mi vida por completo. Aprendí una técnica de sanación (que solo he visto en Tailandia hasta la fecha) y que ayuda a las personas a conectar con su yo superior a través del sonido. Volví a España y decidí fusionar todo lo que había aprendido entre el coaching y la visualización, y la energía y la meditación. Y así, fundé mi proyecto: The Wake Up Concept. Un proyecto de bienestar que ayuda a las personas a darse cuenta de quiénes son y a hablar su idioma interior gracias al poder de la visualización. Entre nuestros servicios, tenemos una app maravillosa de visualización llamada Nube: si no la conoces, te recomiendo encarecidamente que la pruebes.

 

Tras años en este proceso, me topé con la técnica de QHHT. La probé con una mujer en Sevilla que me ayudó a encontrar muchísimas respuestas que llevaba años buscando y a curarme gracias al poder de mi yo superior. Es una de las experiencias más impresionantes que he vivido en mi vida, y lo entendí como mi siguiente paso natural: por eso me certifiqué en la escuela de hipnosis regresiva de Dolores Cannon. 

 

Ahora acompaño a las personas a través de 3 métodos diferentes, porque nadie es igual que el resto y a cada uno le sirve una forma de conectar con su interior: la terapia energética de Tailandia (a la que ellos llaman “el lenguaje del corazón”), la terapia de QHHT y el coaching. 

 

¡Y aquí estoy ahora! Sana, conectando día a día conmigo, aprendiendo a aceptar cada parte de mí para poder acompañar a otros a aceptar las suyas. Y desde aquí, me encantaría, con toda mi humildad, poder ofrecerte todo lo que soy y que a mí me ha ayudado tanto en mi camino. Porque final se trata de esto: de enseñar a otros a confiar en sí mismos para brillar, como hemos aprendido nosotros. 

 

¿Te apetece que nos conozcamos?

bottom of page